Porque cualquier hombre de la casa de Israel, y de los extranjeros que moran en Israel, que se hubiere apartado de andar en pos de mi, y hubiere puesto sus idolos en su corazon, y establecido delante de su rostro el tropiezo de su maldad, y viniere al profeta para preguntarle por mi, yo Jehova le respondere por mi mismo:
|
|
|